¿Un nuevo ciclo para California? Cómo los productores se preparan para temporadas más extensas

¿Un nuevo ciclo para California? Cómo los productores se preparan para temporadas más extensas

La industria del aguacate en California se prepara para una nueva temporada en la que los eventos de viento, el manejo del dosel, la nutrición del árbol y la eficiencia operativa serán determinantes para el rendimiento y la calidad de la fruta. Según Gary Clevenger, cofundador de Freska Produce International, los productores están ajustando sus prácticas ante un escenario donde los vientos son cada vez más comunes y donde la posibilidad de extender la temporada depende directamente de decisiones agronómicas tomadas en los últimos años.

Para Gary Clevenger, el viento ya no puede considerarse una excepción: “En California hemos aprendido a asumir que los eventos de viento son parte del patrón normal más que de la excepción”. Esta condición afecta etapas críticas como la floración, el cuaje y el desarrollo de calibre, y coincide con la fruta colgando en los árboles, incrementando el riesgo de pérdida de producción.

Los daños suelen ser inmediatos. Clevenger explica que “la fruta que no se cae queda de repente más expuesta y se vuelve más susceptible a quemaduras de sol porque pierde esa cobertura natural de hojas”. Por eso, los productores están manejando sus huertos anticipando que enfrentarán varios episodios de viento significativos durante la temporada. Como afirma: “Los productores están planificando como si fuéramos a ver algunos eventos de viento significativos al entrar y avanzar en la nueva temporada”.

Para minimizar estos efectos, el manejo del dosel y la poda permiten reducir rupturas y caída de fruta; el riego y la salud del suelo disminuyen el estrés del árbol; y los huertos jóvenes o de alta densidad recurren a tutores y cortinas cortaviento. La nutrición equilibrada también es un factor clave, ya que “si el programa de fertilización está bien ajustado y la salud foliar es buena al entrar a floración y cuaja, se ve una mejor retención de fruta y menos daño de largo plazo”.

La preparación operativa también juega un rol central. “Estar preparados te da opciones: puedes cosechar un bloque en riesgo antes de un evento mayor o responder inmediatamente después”, señala Clevenger, destacando la importancia de cuadrillas, bins y transporte listos antes de un evento climático.

¿Una temporada más larga? El rol decisivo de las prácticas culturales

La industria observa un cambio gradual en el calendario californiano, con el potencial de extender la temporada cuando las condiciones lo permiten. Clevenger aclara que este fenómeno no es simplemente un desplazamiento de fechas: “Estamos viendo el potencial para temporadas más largas en California, pero no es tan simple como decir ‘la temporada ahora es de X a Y’”.

Tradicionalmente, California ha tenido su mayor presencia entre la primavera y comienzos del verano. Sin embargo, algunos productores pueden adelantar cosechas en las zonas del sur o extender la permanencia del fruto en el norte. Hacia los próximos años, Clevenger proyecta que “California aparecerá de manera más consistente desde finales del invierno hasta mediados del verano, con el pico aún en la ventana de primavera y comienzos del verano”.

La clave para sostener esta extensión está en las prácticas culturales acumuladas. Clevenger explica que “dos productores vecinos pueden tener el mismo clima y la misma variedad, pero resultados muy distintos según cómo han manejado sus árboles en los últimos 12 a 24 meses”. La poda, el riego, la fertilización, el control de malezas y plagas, y la calendarización de la cosecha se han vuelto determinantes ante un clima más volátil.

Estas prácticas influyen directamente en el volumen y en la calidad final: “Las mejores prácticas se traducen en mejor calidad interna, vida de anaquel y experiencia de consumo”. Esto resulta decisivo para competir frente a otros orígenes y sostener programas con retailers.

En síntesis, la próxima cosecha californiana estará marcada por dos fuerzas: un clima desafiante y los efectos acumulados de decisiones agronómicas tomadas uno o dos años atrás. Como resume Clevenger: “Estamos viendo los resultados de decisiones tomadas uno o dos años atrás. En un entorno donde el clima y la oferta global son impredecibles, las prácticas culturales son donde los productores aún tienen mayor control”.