Baika alcanza un importante logro: seis certificaciones sin hallazgos y un modelo sostenible en expansión

Baika alcanza un importante logro: seis certificaciones sin hallazgos y un modelo sostenible en expansión

Baika logró un hito excepcional: Valle Leyda obtuvo por segundo año consecutivo el 100% de cumplimiento en seis exigentes protocolos internacionales, sin ningún hallazgo, mientras la compañía avanza en un modelo de sostenibilidad que integra innovación, agricultura regenerativa y una estrategia ambiental centrada en carbono, agua, suelo y biodiversidad.

Baika cerró su más reciente ciclo de auditorías con un resultado extraordinario: el campo Valle Leyda alcanzó por segundo año consecutivo el 100% de cumplimiento en los protocolos GLOBALG.A.P., GRASP, FSMA, NURTURE, SPRING y LEAF MARQUE, finalizando todas las revisiones sin ningún hallazgo. La hazaña, inusual en auditorías de este nivel de exigencia, reafirma el compromiso técnico, operativo y humano que sostiene la compañía en sus faenas agrícolas.

El desempeño de Valle Leyda —liderado por su administrador, Diego Pérez-Cotapos— vuelve a posicionar al campo como referente interno y un ejemplo para el resto de las operaciones de Baika. El resultado confirma la solidez de sus estándares diarios: desde el seguimiento de normas ambientales y las condiciones de las instalaciones y maquinaria, hasta la gestión del recurso hídrico, las medidas de prevención de riesgos y, especialmente, el cuidado hacia colaboradores y contratistas.

 

Para Loreto Bravo, coordinadora de Certificaciones y Medioambiente de Baika, el logro representa mucho más que una auditoría exitosa. Haber aprobado los seis protocolos sin observaciones implica, según destaca, que en Valle Leyda “ya se está consolidando una cultura y forma de trabajo que se ha ido desarrollando de manera paulatina desde hace años”. Esa madurez operacional, construida entre distintos equipos, permite afrontar con mayor preparación un escenario donde las auditorías futuras serán no anunciadas.

Coordinarlas simultáneamente, reconoce, no estuvo exento de desafíos. “El mayor reto consiste en alinearse con las épocas de cosecha”, afirma. Sin embargo, también se convirtió en una decisión estratégica: “Si bien suena desafiante, es mucho más eficiente en términos logísticos y de costos”.

El factor humano sigue siendo la clave del desempeño. Bravo destaca que prácticas como la coordinación diaria y el compromiso transversal han sido determinantes: “La buena comunicación y el compromiso es fundamental para lograr estos resultados, además de entender bien el negocio”. También valora el trabajo del equipo de certificaciones que opera directamente en los campos, “quienes velan por el cumplimiento y seguimiento de las buenas prácticas agrícolas todos los días del año”.

Aunque las certificaciones responden a requerimientos específicos de los clientes, su impacto trasciende el cumplimiento documental. Bravo explica que estos estándares “nos posiciona de mejor manera para la apertura de nuevos mercados”, un efecto que se potencia cuando las auditorías no solo se aprueban, sino que se cierran sin hallazgos.

Daniel Benavides, subgerente de HSE y Sostenibilidad de Baika, complementa este punto subrayando el valor que estas acreditaciones entregan a los compradores internacionales: “Son un conjunto de buenas prácticas de gestión agrícola, monitoreo y mejoras productivas, tales como contar con balances de agua, planes de mejora y eficiencia, medir la huella de carbono y revisar el cumplimiento de normativas laborales”. En su visión, estas certificaciones garantizan que los campos de la empresa “operan en un alto nivel de excelencia”, permitiendo a los clientes confiar plenamente en la fruta y en su impacto en el entorno, lo que a su vez contribuye a “fortalecer relaciones a largo plazo”.

El trabajo intensivo del último año exigió adaptarse a nuevas versiones de los protocolos, más estrictas que las anteriores. El proceso implicó profundizar en temas como biodiversidad y gestión de indicadores ambientales. “Se ha hecho un trabajo mucho más a fondo respecto de la biodiversidad”, explica Bravo, destacando el aporte de asesorías externas que han permitido construir “planes de gestión más sólidos y consistentes a corto y largo plazo”. La coordinadora reconoce también la satisfacción del equipo: “Estoy muy contenta de que haya tenido buenos frutos el trabajo minucioso que se realizó (…) y nos fue súper”.

Sostenibilidad: las certificaciones como motor del modelo que impulsa Baika

El logro de las certificaciones coincide con un avance acelerado de Baika en materia de sostenibilidad. Según explica Benavides, la compañía opera hoy bajo una estrategia enfocada en personas, comunidades y gestión ambiental, priorizando áreas críticas como carbono, agua, suelo y biodiversidad.

Las certificaciones obtenidas refuerzan directamente ese modelo: “Fortalecen la credibilidad de nuestras prácticas de sostenibilidad y aseguran estándares de cumplimiento, mientras se robustecen líneas base y procesos internos”. Que este proceso sea verificado por terceros —añade— garantiza una transparencia total.

En el último período, Baika ha impulsado avances concretos, especialmente en gestión ambiental y agricultura regenerativa: medición del carbono capturado en los suelos, reemplazo de fertilizantes nitrogenados por otros de origen orgánico y la implementación de prácticas para mejorar la salud del suelo. A ello se suma la innovación tecnológica y agrícola, considerada una pieza clave para avanzar hacia un modelo más eficiente. 

Benavides destaca iniciativas internas como la polinización asistida de Biopollen, junto con colaboraciones con emprendimientos Agritech como Neutral Farming, que están desarrollando “modelos de excelencia” aplicados a la agricultura de precisión y la mitigación ambiental.

Los próximos pasos de Baika apuntan a seguir fortaleciendo su visión integrada de sostenibilidad. La compañía profundizará en su estrategia “Back to the Basic”, que combina prácticas de agricultura ancestral con tecnologías modernas para mejorar eficiencia y resiliencia. La biodiversidad continuará siendo un eje central en las acciones futuras, consolidando una mirada que no solo responde a las exigencias del mercado, sino que promueve un modelo agrícola armónico con su entorno.