West Pak apuesta por 1.000 hectáreas en Colombia para garantizar suministro global de aguacate

West Pak apuesta por 1.000 hectáreas en Colombia para garantizar suministro global de aguacate

El auge del aguacate colombiano ha captado la atención de actores internacionales que buscan diversificar sus orígenes de suministro con criterios de calidad y sostenibilidad. Entre ellos, West Pak Avocado, una de las compañías líderes en importación y comercialización de la fruta en Estados Unidos, decidió hace más de siete años apostar por Colombia como parte de su estrategia global. La visión detrás de esta decisión combina factores comerciales, sociales y ambientales, con la convicción de que el país andino puede consolidarse como un origen premium en el mapa mundial del aguacate.

Así lo expresó Kellen Newhouse, tesorera del Colombian Avocado Board (CAB) e Importer & Director de West Pak, quien ha seguido de cerca la evolución del sector en el país: “Reconocimos la necesidad de otro país de origen que brindara a los minoristas un suministro constante durante todo el año, precios competitivos y una calidad y sabor similares a los que ya estaban en el mercado”. Con esa meta, West Pak estableció 1.000 hectáreas de cultivo en Colombia, que entrarán en producción en el corto plazo.

Colombia: ventajas competitivas y sostenibilidad como pilar

La posibilidad de contar con dos cosechas principales le otorga a Colombia una ventaja frente a otros orígenes, al permitir un suministro casi ininterrumpido. “Esto nos permite ofrecer precios estables durante largos periodos, lo cual considero fundamental para los minoristas y sus esfuerzos de marketing”, destacó Newhouse. En términos de consistencia y sabor, la compañía ha replicado aprendizajes de México y California con el fin de garantizar que la fruta colombiana cumpla los más altos estándares: “Colombia tiene sus propios desafíos, pero hemos aplicado la experiencia previa para mejorar la cadena de suministro. Creo que lo mejor de Colombia está por venir”.

La sostenibilidad ha sido otro factor decisivo. “Fue una de las principales razones para llegar al país”, afirmó la directiva. En este sentido, resaltó que la industria colombiana ha construido un modelo agrícola responsable, en el que prácticas como el uso limitado de aguas subterráneas o la preservación de bosques naturales marcan la diferencia frente a competidores. En alianza con el CAB, West Pak busca visibilizar estos esfuerzos y consolidar un estándar que resalte el valor ambiental de la producción colombiana.

Desafíos para consolidarse en EE. UU. y proyección social

Aunque la ventana de oportunidad es clara, el reto está en fortalecer la presencia en Estados Unidos, principal destino del aguacate. “Con apenas siete días de tránsito hacia la Costa Este, los tiempos son similares a los de otros orígenes del noreste. Los productores colombianos necesitan mayor apoyo de las entidades locales para certificar más fincas para exportación. Solo así lograremos el volumen crítico necesario para sostener un mercado tan grande como el estadounidense”, explicó Newhouse.

Más allá de los aspectos técnicos y comerciales, la ejecutiva subrayó el impacto social que genera el sector en Colombia. “He pasado siete años viajando al país y aprendiendo de su cultura y su gente. Ver el desarrollo en las comunidades donde se invierte en aguacate es muy motivador. Los beneficios se extienden incluso a zonas más pobres y alejadas”, señaló. Su visión de largo plazo es contundente: “Eventualmente veremos a Colombia consolidarse como un origen permanente en el mercado estadounidense durante muchos años”.

La apuesta de West Pak confirma que el aguacate colombiano no solo tiene potencial para crecer en volumen y calidad, sino también para convertirse en un ejemplo de sostenibilidad y desarrollo comunitario en el escenario global.