Menos plástico, más exigencia: el desafío del empaque sostenible en los productos procesados de aguacate
El avance de los formatos pequeños en los productos procesados de aguacate ha intensificado el uso de plástico, obligando a la industria a replantear sus sistemas de empaque. Impulsadas principalmente por las exigencias del mercado europeo, las empresas están incorporando materiales reciclables y biodegradables y trabajando de manera conjunta con sus proveedores para reducir el impacto ambiental.
La industria de los productos procesados del aguacate enfrenta un nuevo punto de inflexión. Mientras el consumo global continúa creciendo y los formatos listos para usar —porciones individuales, envases pequeños y soluciones prácticas— ganan terreno en los mercados internacionales, el impacto ambiental asociado a estos empaques se ha convertido en una preocupación central. El foco ya no está solo en la calidad del producto, sino también en cómo se envasa, con qué materiales y bajo qué criterios de sostenibilidad.
Organismos internacionales como la FAO han advertido que la reducción del plástico de un solo uso es clave para avanzar hacia sistemas alimentarios más sostenibles. En ese contexto, el sector del aguacate procesado se ve particularmente interpelado: la conveniencia que demandan los consumidores suele ir de la mano con un mayor uso de materiales plásticos, generando una contradicción que hoy la industria busca resolver.
Desde la operación diaria, esta tensión es cada vez más evidente. Así lo explica Miriam Martínez Torres, Operations & Quality Manager de Avocomex, quien observa cómo la preferencia por envases pequeños ha multiplicado el volumen de residuos. “Estamos muy fuertes en el tema de que todo lo queremos mandar en empaques pequeños, pero la cantidad de plástico que estamos generando es enorme”, señala.
La conversación dentro de las plantas procesadoras ha cambiado. Ya no se trata únicamente de cumplir con especificaciones técnicas o de inocuidad, sino de responder a nuevas preguntas que se vuelven obligatorias en los procesos de decisión. “Ahorita en proceso está muy fuerte el: ¿es reciclable?, ¿se puede reutilizar?, ¿es biodegradable?, ¿qué cantidad de materiales reciclados tiene?”, explica Martínez Torres. Estas interrogantes, que hace algunos años eran secundarias, hoy son determinantes para acceder a ciertos mercados.
Europa aparece como el principal motor de esta transformación. La presión regulatoria, junto con consumidores más informados y exigentes, ha acelerado la adopción de materiales reciclables y biodegradables en los envases de alimentos procesados. “Eso está súper fuerte también en Europa”, destaca la ejecutiva, subrayando que el componente ambiental ya forma parte del estándar comercial del continente.
Frente a este escenario, las empresas del sector han comenzado a trabajar de manera más estrecha con sus proveedores de materiales. En el caso de Avocomex, el enfoque está puesto en la colaboración y la búsqueda de alternativas viables desde el punto de vista técnico y operativo. “Nosotros en las plantas estamos trabajando con ellos de la mano, viendo oportunidades en las que los proveedores utilicen materiales reciclables, y que los materiales que fabrican sean biodegradables, a manera de lo posible”, explica.
El desafío no es menor, especialmente para Latinoamérica, donde la adopción de esta cultura ambiental avanza a un ritmo más lento. “Desafortunadamente, Latinoamérica tiene menos esa cultura que Europa”, reconoce Martínez Torres. Sin embargo, la tendencia es clara y difícil de eludir. “Nos tenemos que adaptar si queremos seguir exportando, porque si no vamos a quedar fuera tan solo por ese tema”, advierte.
Más allá de las diferencias regionales, el mensaje es transversal: la sostenibilidad dejó de ser un atributo deseable para convertirse en un requisito de permanencia en el mercado. En un contexto global marcado por el cambio climático, la gestión de residuos y la economía circular, el empaque ya no es un elemento accesorio del producto, sino una extensión de su propuesta de valor.
“Como es una tendencia bastante fuerte y el tema ambiental está muy presente en el mundo, la verdad es que todas las empresas ahorita están trabajando de la mano con sus proveedores, tratando de usar la mayor cantidad de materiales reciclables, biodegradables y de menor impacto ambiental”, concluye Martínez Torres.
El camino hacia envases más sostenibles en los productos procesados de aguacate está en marcha, impulsado por la regulación, el mercado y la conciencia ambiental. El desafío para la industria será equilibrar funcionalidad, seguridad alimentaria y responsabilidad ambiental, en un contexto donde el plástico ya no es una solución incuestionable, sino un problema que exige respuestas urgentes y concretas.