El fenómeno del greenskin: un mercado pequeño, persistente y decisivo en la diversidad del aguacate

El fenómeno del greenskin: un mercado pequeño, persistente y decisivo en la diversidad del aguacate

Aunque el aguacate Hass domina el comercio mundial, el greenskin mantiene un rol clave en mercados específicos de América del Norte, Europa del Este y Asia Central. Su producción, concentrada en Israel, Sudáfrica, Perú y República Dominicana, revela un segmento pequeño pero estable, sostenido por tradiciones de consumo y por una identidad varietal que desafía la estandarización global del aguacate.

En un mercado mundial dominado por el aguacate Hass, existe una categoría que, a pesar de representar una fracción mucho menor de las exportaciones globales, mantiene una relevancia estratégica en regiones específicas: el aguacate de piel verde, conocido en la industria como greenskin

Su peso en el comercio internacional oscila entre el 10% y el 15%, según confirma Charles Auberge, gerente comercial de Soly Import, importadores europeos de origen francés, con experiencia en este tipo de fruta . La cifra coincide con lo que reportan actores consolidados del comercio hortofrutícola, lo que demuestra la estabilidad de este segmento dentro de una industria donde el Hass sigue marcando la pauta.

A diferencia del Hass, que ennegrece al madurar y cuya apariencia se ha convertido en el estándar global de consumo, las variedades de piel verde —como Fuerte, Pinkerton, Ettinger y Reed— mantienen su color incluso cuando alcanzan su punto óptimo de consumo. Esta particularidad explica por qué su permanencia en ciertos mercados está directamente relacionada con hábitos culturales y percepciones históricas del consumidor. En países donde la madurez se evalúa por textura y no por el oscurecimiento de la piel, la variedad verde continúa siendo preferida.

Israel, Sudáfrica y República Dominicana: el núcleo productivo del aguacate de piel verde

La producción mundial de greenskin está fuertemente concentrada. De acuerdo con reportes de IsraelAgri, Israel destaca como el actor más consolidado en este nicho. Allí, variedades como Ettinger, Pinkerton o Fuerte han formado parte del desarrollo agrícola del país durante décadas, y su destino principal han sido mercados acostumbrados a esta tipología, especialmente Rusia y Europa del Este. Sudáfrica, según confirman exportadores entrevistados recurrentemente en medios especializados, también mantiene un volumen importante de producción de piel verde, con una parte destinada a la industria del aceite y productos procesados. República Dominicana, país mencionado por Auberge como uno de los principales productores, completa el grupo de orígenes que sostienen la oferta de este segmento en América del Norte y el Caribe.

El consumo refleja el arraigo cultural de estas variedades. Auberge señala que América del Norte —particularmente Florida— junto con Europa del Este, los países bálticos, Rusia y Asia Central, constituyen los mercados más fieles al greenskin. Esta preferencia se ajusta a lo documentado por el Centre for the Promotion of Imports (CBI) de la Unión Europea, que identifica que Europa del Este mantiene demanda para frutos que no cambian de color al madurar. 

En contraste, mercados como Francia, España o Alemania no muestran espacio para esta variedad. El consumidor francés, explica Auberge, “necesita un aguacate que se oscurezca al madurar”; una expectativa que limita por completo la entrada del greenskin en Europa Occidental y confirma cómo la percepción del color modifica todo el comportamiento comercial.

El futuro del aguacate de piel verde parece definido por la estabilidad más que por la expansión. Auberge afirma que el consumo global de aguacate continuará creciendo, impulsado por precios más accesibles y por la apertura de nuevos mercados. Sin embargo, también advierte que no existen indicios de que la cuota del greenskin aumente frente al Hass. Esta observación coincide con la lectura de organismos internacionales: los principales impulsos del comercio global —supermercados, mercados maduros y estándares de poscosecha— continúan alineados con las características del Hass.

El fenómeno del greenskin, entonces, no se explica por volúmenes ni por crecimientos acelerados, sino por permanencia. Es un producto que persiste en regiones donde forma parte de la identidad alimentaria, que se sostiene gracias a países productores con tradición varietal y que aporta una diversidad biológica y agronómica fundamental para una industria que tiende a la estandarización.

 En un escenario global donde casi todos los mercados convergen hacia un mismo tipo de fruta, el aguacate de piel verde representa una resistencia silenciosa que recuerda que la diversidad varietal no solo es posible, sino necesaria para comprender el verdadero mapa del aguacate en el mundo.