Densidad de plantación

Densidad de plantación

Durante muchos años se discutió cuál era la mejor densidad de plantación para el aguacate, ya que se atribuía un grado importante a este factor para lograr una alta rentabilidad.  En Chile, México y California durante muchos años se plantó en un marco cuadrado manteniendo todas las plantas hasta que se llegaba a la edad adulta, momento en que empieza el emboscamiento y el potencial productivo comienza a bajar.  Una vez que la falta de luz y el añerismo eran insostenibles comenzaba el raleo de hileras diagonales, provocando un “segundo aire” en el huerto que volvía a la juvenilidad, expresando nuevamente altas producciones por 2-3 temporadas, pero inevitablemente volvía a caer en la falta de luz y alternancia productiva.

Las primeras altas densidades se realizaron en California con la variedad Reed logrando alta precosidad, calibres grandes y un alto potencial productivo.  En Chile se imitó esta forma de plantación, pero con la variedad Hass que desarrolla un vigor y hábito de crecimiento muy distinto, logrando muy buenos resultados en un comienzo, pero que luego cayó rápidamente al emboscamiento.  Con la incorporación del Uniconazol se intentó dominar la alta densidad en Hass logrando un excelente resultado en densidades cercanas a 1.000 plantas/ha, lo cual envalentonó a los asesores y agricultores para ir más allá buscando un flujo de producción más acelerado para recuperar antes la inversión.  No sólo se logró adelantar el flujo del proyecto, sino que mejorar la uniformidad de los huertos con portainjertos de semilla que siempre mostraron una alta heterogeneidad.  Al plantar más de 1.000 plantas/ha la mala genética, que siempre afectó los aguacates con patrón mexícola, se empezó a eliminar ya que los ejemplares más vigorosos y sanos iban cubriendo el espacio de las plantas más débiles, logrando cubrir totalmente la superficie productiva.  

Muchos agricultores entraron en la alta densidad pensando que la poda sería el factor para controlar el vigor, pero no pudieron con la falta de luz.  El único factor que realmente logra controlar el vigor de un huerto es la carga, logrando frenar el tamaño de una planta.  Si el huerto por malos manejos cae en añerismo, el vigor explota y rápidamente se embosca, perdiendo todas las ventajas de un huerto en alta densidad.  La poda es un manejo que se realiza en todos los frutales para iluminar el follaje y renovar la madera frutal, logrando mantener la juvenilidad del árbol, pero nunca para contenerlo.  

Finalmente, en la alta densidad se cayó en experimentos que superaron la imaginación, llegando a deformar la variedad Hass acelerando el envejecimiento del cultivo, sin lograr en el tiempo las producciones esperadas.  Por lo general, se plantaron en un marco cuadrado sin dejar una calle ancha que asegura la iluminación de ambas caras y posteriormente el raleo de hileras diagonales o lineales nunca se hizo a tiempo por temor a bajar la producción.  Actualmente los huertos sobresalientes en producción no son las altas densidades, sino densidades medias y hasta bajas que lograron salir del emboscamiento con MultiEje en Rotación, limpieza de follaje interno para lograr una estructura totalmente abierta y ventilada formando un primer, segundo y tercer piso productivo, cargando fruta fuera y dentro del árbol.  La cuaja externa que está sometida a los accidentes climáticos puede abortar en ciertas condiciones, pero la cuaja interna siempre asegura la producción, logrando una apertura floral más tardía con buena condición climática y menor estrés.  Un árbol abierto con la estructura totalmente limpia e iluminada, logra albergar mucha más fruta que un árbol en alta densidad con abuso de Uniconazol, donde finalmente su expresión en altura se ve limitada y el follaje con entrenudo extremadamente corto termina por impedir la entrada de luz.  

Con la consolidación de los portainjertos clonales, por el mayor vigor, rápido crecimiento y alto costo que tienen, hoy en día se volvió al pasado retomando distancias medias o bajas de plantación, buscando copas bien abiertas y limpias para albergar la mayor cantidad de fruta posible protegida del viento, olas de calor y frío de primavera. Al tener un primer, segundo y tercer piso eficiente lleno de luz la inducción floral se logra fácilmente logrando altas producciones en el tiempo con fruta de buen calibre.  

En conclusión, la experiencia de la alta densidad entregó buenos resultados, pero al volver al pasado con densidades medias y bajas con buena iluminación más el cambio de genética, el resultado hoy en día es categóricamente superior.

 

Gonzalo Vargas

gvargascarranza@gmail.com