Industria del aguacate en México acelera su modernización ante un mercado global más competitivo
La industria mexicana del aguacate atraviesa un momento decisivo, marcado por altos volúmenes de producción, una demanda internacional robusta y una creciente presión por adaptarse a nuevas condiciones climáticas, logísticas y regulatorias. Con casi tres millones de toneladas producidas al año y una fuerte dependencia del mercado estadounidense, el sector enfrenta el desafío de modernizarse para sostener su liderazgo en un mercado global cada vez más dinámico.
La producción nacional se concentra principalmente en Michoacán, Jalisco, Estado de México y Nayarit, con cerca de dos millones de toneladas destinadas a exportación. Aunque Estados Unidos continúa absorbiendo alrededor del 80% de los envíos y mantiene una demanda estable, la competencia internacional se intensifica con países como Perú, Colombia, Chile y Kenia avanzando en tecnificación y costos logísticos. Frente a este escenario, México impulsa la diversificación de mercados, destacando la expansión de Jalisco hacia más de 30 destinos y la reciente apertura de Brasil, junto con gestiones activas para ingresar a Chile, Corea del Sur y China.
Para fortalecer su competitividad, productores y exportadores han acelerado la adopción de tecnologías de agricultura de precisión, como estaciones meteorológicas, sensores, drones multiespectrales y riego por goteo. Estas herramientas permiten optimizar el uso del agua, anticipar riesgos climáticos y mejorar la calidad del fruto. Paralelamente, se avanza en certificaciones como GlobalG.A.P., SRRC y SMETA, que refuerzan la trazabilidad y abren puertas a mercados de alto valor. La estrategia se orienta a consolidar al aguacate mexicano como un producto premium, con un enfoque en sostenibilidad, eficiencia y responsabilidad social para enfrentar los desafíos globales.
El futuro del sector se proyecta con oportunidades importantes, pero exige una evolución constante. La industria apuesta por pilares clave como fitosanidad, inocuidad, sustentabilidad, productividad y responsabilidad social, entendiendo que la competitividad dependerá de producir mejor y de forma más inteligente. La colaboración entre productores, empacadores y exportadores será esencial para mantener el liderazgo internacional y asegurar que el aguacate mexicano continúe siendo una referencia mundial por su calidad y confiabilidad.
Fuente: portalfruticola.com