Brasil tiene todas las posibilidades de convertirse en un actor respetado en el mercado internacional del aguacate
Adilson Luis Peñarol, presidente de la Asociación Brasileña del Aguacate (Abacates do Brasil, AAB) para el periodo 2024-2025, lidera hoy uno de los momentos más decisivos para la fruticultura del país. Con más de tres décadas de trayectoria en la agroindustria, combina la experiencia de una vida ligada al campo con una visión estratégica que busca posicionar a Brasil como potencia en la producción y exportación de aguacate Hass.
Su historia con la agricultura se remonta a varias generaciones atrás. “Mi trayectoria en la agroindustria abarca varias generaciones, con toda mi familia involucrada en el sector. Desde que mi bisabuelo llegó como inmigrante de Italia, todas las generaciones posteriores han estado y siguen estando profundamente involucradas en el campo”, recuerda. En 1987 ingresó a la universidad para estudiar ingeniería agrícola, continuando con ese legado e iniciando una carrera que ya supera las tres décadas.
El aguacate llegó a su vida profesional en el año 2000, cuando asumió la dirección general del grupo Green Super Food. “Mi misión fue reestructurar el proyecto recién lanzado, que atravesaba dificultades en ese momento”, explica. Ese reto lo vinculó de forma definitiva con el sector y marcó el inicio de una trayectoria que lo llevaría hasta la presidencia de Abacates do Brasil.
Su involucramiento en la Asociación fue un paso natural. “Creo firmemente que juntos somos mucho más fuertes, lo cual es una necesidad, especialmente en un sector que aún está creciendo y consolidándose”, afirma. Desde el inicio fue recibido con entusiasmo por los productores y comenzó a participar activamente en reuniones, eventos y debates. En 2023, junto con un grupo de colegas, aceptó el reto de postular a la dirección de la AAB y en 2024 asumió la presidencia por un periodo de dos años.
Su preparación para este rol se cimentó en una amplia experiencia empresarial. Tras graduarse en Agronomía en 1992, trabajó en distintas compañías, entre ellas Monsanto, donde tuvo un rol clave en la introducción de la biotecnología en Brasil. De esa etapa rescata una enseñanza que lo acompaña hasta hoy: “La lección más importante que he aprendido es que son las personas las que marcan la diferencia. Al construir puentes sólidos y duraderos, escuchando y aprendiendo de todos los que nos rodean, la trayectoria sin duda tendrá mayores probabilidades de éxito. Como decía mi padre: ‘Hijo, deja buenas huellas dondequiera que vayas; al final volverás a visitarlas’”.

Al frente de la AAB, Peñarol y su equipo definieron un conjunto de prioridades estratégicas. La primera fue el desarrollo inmediato de un Plan Estratégico a cinco años, que ya fue concluido y que fija los pilares de acción de la organización. También impulsaron la expansión del alcance de la Asociación hacia nuevas regiones productoras, lo que permitió aumentar la membresía en un 30 % e integrar a pequeños y medianos productores.
Otro logro fue la creación de la Academia del Aguacate, un curso de especialización disponible para los miembros, que ofrece módulos sobre todos los aspectos del cultivo y la comercialización de la fruta. “El curso ya está en marcha, con varios módulos completados”, destaca. En paralelo, se lanzó la marca Origem Brasil, pensada para dar identidad a la fruta en los mercados y reforzar la promoción del consumo interno.
El año 2024 marcó un antes y un después. “Nunca antes una fruta había abierto tantos mercados en un solo año”, afirma Peñarol al referirse a la apertura de Japón, Chile, Costa Rica e India. De cara al futuro inmediato, el objetivo principal es concretar la entrada en Estados Unidos, un proceso ya en marcha.
Las condiciones climáticas del país amplían aún más las oportunidades. “Con la siembra en regiones más altas y frías, tenemos la posibilidad de cosechar más tarde, es decir, entre febrero y septiembre, lo cual ya es una realidad”, explica. Esta diversificación estacional, sumada a la dimensión continental de Brasil, ofrece ventajas únicas frente a otros productores internacionales.
El crecimiento proyectado exige reforzar la infraestructura. “Hoy en día tenemos la oportunidad y la necesidad de ampliar la oferta de plantas de empaque y cámaras frigoríficas, ofreciendo una estructura poscosecha que apoye el crecimiento de la oferta de fruta”, señala. Aunque el país ya cuenta con una capacidad instalada de huertos frutales, principalmente en Minas Gerais, aún quedan muchas hectáreas por plantar, lo que dependerá de una mejor integración entre campo y finca.
La región Sudeste concentra la mayoría de fincas y plantas de empaque, y dispone de una red logística robusta. Sin embargo, Peñarol advierte que “se prevén mejoras, especialmente en lo que respecta a los puertos y la disponibilidad de contenedores y barcos para atender mercados más distantes”.
En el plano sanitario, el reto más importante es el control del Stenoma catenifer, plaga considerada cuarentenaria por países como Chile y Estados Unidos. “Las regiones con presencia de la plaga están trabajando juntas para controlarla mediante inspecciones y manejo de plagas, utilizando diversas técnicas químicas y biológicas”, explica. Desde una perspectiva administrativa, apunta a la necesidad de agilizar trámites: “Con más oficinas y opciones para la liberación de carga, la fruta ya no tendría que recorrer mayores distancias para obtener autorizaciones y estaría lista para su envío con mayor rapidez”.
El mercado doméstico presenta una oportunidad de crecimiento extraordinaria. Brasil produce unas 400.000 toneladas al año, de las cuales más del 90 % corresponde a variedades tropicales consumidas principalmente en recetas dulces. “Ese consumo está consolidado y profundamente arraigado en la cultura brasileña. Es una tradición ancestral que se remonta a generaciones”, afirma Peñarol.
Los aguacates tropicales empiezan a ganar espacio también en preparaciones saladas, mientras que el Hass conquista poco a poco a las generaciones más jóvenes, que lo consumen fresco, en tostadas o en guacamole. “Los consumidores brasileños aún necesitan comprender mejor cómo consumir esta fruta. Ambos tipos tienen un enorme potencial de crecimiento en el mercado nacional, ya que con un consumo de poco más de 1,5 kg por habitante al año, existe una importante oportunidad. Cuando prueban un aguacate de calidad y bien preparado, se convierten en clientes fieles”.
Expansión productiva y nuevos actores
El cultivo de aguacate en Brasil atraviesa una etapa de transición. Durante años estuvo dominado por familias con tradición en el rubro, pero en los últimos tiempos se han sumado productores de café, cereales y otras frutas que sustituyen cultivos por aguacate, ampliando así la superficie sembrada.
A esto se suma la llegada de fondos de inversión, que aportan capital y visibilidad. “La llegada de este tipo de inversor, con una importante capacidad financiera y una visión de negocio diferente, junto con los que ya participan en la cadena, impulsará rápidamente la cadena de suministro de aguacate”, señala Peñarol.

Otro actor clave es la entrada de grandes exportadores internacionales, que no solo ayudarán a posicionar a Brasil en el mercado global, sino que también aportarán fruta Hass durante la temporada baja local, garantizando disponibilidad todo el año y precios más estables.
En términos geográficos, Minas Gerais se consolida como la región con mayor potencial gracias a sus microclimas, disponibilidad de agua, logística y trayectoria agrícola. Sin embargo, el sur y el noreste también se perfilan como polos estratégicos para abrir nuevas ventanas de cosecha y complementar la producción.
Las proyecciones para el aguacate brasileño son ambiciosas. “Dependiendo del clima, siempre un factor decisivo, estaremos en camino de producir alrededor de 100.000 toneladas en 5-6 años, tres veces más que en la actualidad”, asegura. A largo plazo, Brasil podría superar las 150.000 toneladas, ampliando su presencia en el mercado nacional y en destinos estratégicos. Sudamérica, con socios como Chile y Argentina, y Europa aparecen como claves, mientras que nuevos mercados emergen como alternativas de gran potencial.
En cuanto al legado que espera dejar al final de su mandato, Peñarol es claro: “Nuestro equipo dejará como contribución la planificación estratégica, la Academia del Aguacate, la apertura de nuevos e importantes mercados, los avances hacia el mercado americano, la incorporación de nuevos socios y regiones productoras y la estructuración de los comités técnico y de comunicación/marketing. Estas iniciativas fueron posibles gracias a la participación de todo el equipo de AAB, un esfuerzo colaborativo”.
Con una mirada de largo plazo y un plan sólido en ejecución, reafirma su convicción: “Brasil tiene todas las posibilidades de convertirse en un actor respetado en el mercado internacional, ofreciendo aguacates de calidad, sostenibles y competitivos”.