Sebastián Peragallo, de Baika: “Chile va a crecer productivamente, pero en forma ordenada”
El Gerente de Negocios Fruta Fresca Baika Chile y Baika Perú conversó con Avobook sobre los diferentes orígenes y mercados del aguacate que maneja la compañía, justo cuando se está haciendo el relevo entre Chile y Perú
Sebastián Peragallo es Gerente de Negocios Fruta Fresca Baika Chile y Baika Perú. Cuenta que llegó al mundo del aguacate “casi de manera fortuita”.
“Toda mi vida he trabajado en el área de alimentos. Pasé primero por Agrosuper, por alimentos y frutos de la marca Minuto Verde, pero cuando llegué al aguacate me enamoré. Es como un amor que da mariposas siempre en el estómago, porque tienes que estar muy encima del negocio. Es como un amor nervioso, pero feliz y espero quedarme en esta industria por mucho tiempo. Voy para los siete años”, cuenta a Avobook.
En esta conversación analiza el mercado desde la perspectiva de lo que sucede en Chile, tanto como país consumidor como productor, además de aportar sus proyecciones en torno a los distintos orígenes y destinos que maneja Baika.
– ¿Cómo ves la tendencia de los volúmenes de aguacate que se exportarán desde Chile?
“Yo creo que vamos a estar más arriba que el año pasado. Estimo que en términos productivos, debiésemos llegar a entre 220 y 230 millones de kilos. Eso es entre un 25% y un 30% por encima del año anterior. En términos de exportaciones, será muy parecido el crecimiento. El año pasado Chile registró cerca de 90 millones de kilos exportados. Este año debiésemos bordear los 115 o 120 millones de kilos”.
– Más allá de los factores meteorológicos, la campaña partió fuerte, con el doble de exportación a igual fecha del año pasado. Pero ahí imaginamos que influye el descenso anticipado de Perú y algunos orígenes retrasados, como Marruecos. ¿Hasta qué momento Chile podrá seguir con esta fuerza?
“El volumen total lo vamos a sacar completo, de todas maneras. Otra cosa es cómo irá evolucionando el precio. Yo creo que hasta la semana 44 ó 45, los arribos de Chile van a seguir siendo con mucha fuerza. Después, con el ingreso y la normalización de México; con la llegada de Israel y Marruecos, además de los orígenes africanos, debiese empezar a regularse un poco el tema del precio, por lo cual Chile debiese detener esta vorágine actual, en la que vamos al doble de kilos respecto al mismo periodo anterior. En el caso de Baika, es cuatro veces más. Yo creo que nos quedan por lo menos cuatro semanas de volúmenes bastante fuertes y los precios tal como están”.
– ¿A cuánto están llegando los precios para la fruta chilena?
“El aguacate chileno siempre tiene un valor por sobre otros orígenes. No estamos hablando que seamos como la Coca-Cola compitiendo con otras gaseosas, pero el aguacate chileno tiene un valor agregado distinto al resto de los orígenes”.
– Pero, más allá de que efectivamente la fruta chilena ya tiene un buen precio por su calidad, ¿a cuánto se está transando dado el escenario actual?
“Hoy el precio en Europa de los calibres mayores, del 12 al 18, están en alrededor de los 15,5 euros la caja de 4 kilos, que son valores bastante altos para lo que maneja Europa. Estamos dos dólares o dos dólares y medio; y dos euros o dos euros y medio respecto a temporadas anteriores a igual fecha del año. China está pagando unos valores exorbitantes. Aunque depende del calibre. China consume calibres pequeños, del 22 al 30 principalmente. La caja de 10 kilos bordea casi los 35 dólares, que es un gran precio por esos calibres. Argentina está pagando casi un 20% más que el año pasado a igual fecha; Estados Unidos siempre paga buenos precios a la fruta chilena, pero no siempre compra aguacate chileno. En general, todos los mercados están mucho más altos. Exceptuando el consumo interno de Chile, que yo te diría que está bastante parejo”.
– Quedándonos en Chile, ¿cómo ve la evolución del mercado interno en los últimos años, en esta interacción entre la producción local e importación, donde se prevé que ingresen nuevos actores como Brasil?
“En Chile tenemos muy bien cubierta la demanda. En el caso de Brasil, no conocemos el protocolo. Y es importante, porque, por ejemplo, tenemos un protocolo con México, pero para la industria chilena es bastante complejo y caro, porque tienes que pagar a inspectores que vayan a certificar la fruta cuando se cosecha y luego cuando se empaca. Una inspección en México te cuesta entre 10.000 y 12.000 dólares. Entonces, el volumen que tienes que traer es bastante importante para que tu costo por contenedor sea lo más rentable posible. Sería ideal que funcionara como el SENASA de Perú: básicamente ellos son los que dan el visto bueno. Si mejora ese protocolo, creo que México podría ser un origen muy interesante para Chile”.
– ¿Por qué sucede esto con México?
“Nuestro Servicio Agrícola y Ganadero es muy exigente. Pero eso tiene una razón: la gran ventaja de Chile es que tenemos nuestra hermosa cordillera de los Andes como barrera protectora de millones de plagas. Eso hace que seamos muy quisquillosos con lo que ingresa. Y lo digo positivamente. Por eso digo que, en el caso de la apertura de Chile a la fruta de Brasil, es necesario ver el protocolo y analizar lo que va a significar. Porque Brasil, con todo el nivel de plagas, quizás requiera medidas particulares. Yo creo que simplificándose un poco el protocolo de México, podría ser una muy buena ventana para Chile”.
– ¿Cómo se ve la proyección de importaciones de aguacate de Colombia y Perú?
“Colombia hoy también tiene protocolos hacia Chile. Es un poquito más simple, pero la autoridad de ese país tiene solo ciertos packing y huertos habilitados. Yo diría que no ha habido más de diez importaciones desde Colombia a Chile. Y el protocolo está desde 2022. Es lo que pasó a la fruta peruana: al principio, los chilenos no sabían cómo comerla. Es una fruta distinta, con un manejo distinto de su maduración. Pero ya aprendió. En el caso de Colombia, es una fruta mucho más compleja de trabajar que la peruana. Entonces yo te diría que, más que simplificar ahí, hay un trabajo de post cosecha que tienes que hacer para mejorar. En el caso de la fruta de Perú, creo que se han hecho las cosas mucho mejor. Perú tiene 560 millones de kilos. Este año va a llegar a 530 millones y el próximo debía estar en 580 millones y sigue siendo Chile un mercado objetivo muy importante para Perú. Primero, por la cercanía; segundo, porque paga buenos precios; además Chile es gran consumidor; y Perú está llegando a la calidad que espera el chileno, que ya conoce bien el origen. Ya se sabe, por ejemplo, que no hay que esperar que se ponga negra entera para consumirla”.
– ¿Cómo es la relación comercial del aguacate con Argentina?
“Tenemos una Argentina que produce y también tenemos un protocolo, que es súper simple. Pero Argentina es un país que no le ha dado foco al aguacate. Por la contingencia económica y política, ningún gran inversionista ha puesto su ojo en el país. Pero creo que puede ser un origen muy interesante para Chile. Hay casos de otras empresas que han traído aguacate argentino hacia Chile y han tenido buen resultado, pero haciéndole un seguimiento desde el campo hasta Chile”.
– ¿Si Brasil tiene las condiciones para comercializar su fruta en Chile, que efectos tendría en el mercado?
“Si Brasil entra con un protocolo relativamente sencillo, va a pegarle fuerte a Perú, porque va a entrar directamente a la ventana con Perú. Entonces, eso va a hacer que el consumidor chileno, al tener mayor oferta, acceda a mejores precios”.
– ¿En el caso de la producción chilena, hay opciones de seguir creciendo en volumen?
“Creo que todas las zonas que tenían que morir, ya están muertas, productivamente. No se va a reducir más. En Petorca y Cabildo, lo que quedó es lo que quedó. Ya cortaron todo lo que tenían que cortar. En Quillota y La Cruz no hay mucho espacio donde incorporar más hectáreas. Las nuevas zonas productivas se están generando hacia la Sexta Región y ahí es donde están los grandes desafíos, los grandes proyectos. Creo que Chile productivamente va a crecer en forma ordenada, sin saltos gigantes, pero sí en constante crecimiento. Principalmente enfocado en la zona de Melipilla, Rapel, donde creo que va a ser el próximo polo productivo aguacatero de Chile”.
– ¿Cree que, en algún momento, haya un conflicto entre ese crecimiento de la producción local y el aumento de orígenes de fruta importada a Chile o las ventanas seguirán complementándose?
“Ésa es la gran ventaja de Chile: estamos a contratemporada de casi todos los países. Perú, que es nuestro gran abastecedor, se traslapa con nosotros un par de semanas.
Brasil, que es una ventana más cortita, está en la misma ventana de Perú. Colombia, que es un origen que todavía no desarrollamos bien, no es un origen relevante para Chile; y México tiene su foco en Estados Unidos. No veo una amenaza de la importación al corto plazo. El único que te podría mover la aguja es México, pero con todo lo que comento es complejo: el protocolo costoso, hay desafíos en el transit time y, dado eso. México no está dispuesto a complicarse la existencia por mandar fruta más lejos. Yo como productor tampoco lo haría. Mientras tenga un consumo gigante al lado, que paga bien, que se come toda la producción, ¿para qué ponerse creativo? Veo que la importación es más bien una oportunidad para el origen Chile, porque permite seguir potenciando el consumo. Además, la temporada del aguacate de Chile es muy marcada: en marzo, abril ya casi desaparece”.
– ¿Este crecimiento productivo de Chile en algún momento podría significar que cambien los porcentajes de lo que se queda en Chile y lo que se exporta, aumentando lo que se destine a mercados internacionales?
“Yo creo que Chile va a seguir manteniendo la misma lógica de consumo, 50 y 50, dado que el chileno ya tiene el aguacate en su ADN y es un producto casi inelástico. Entonces, si la palta sube de precio, igual se comprará. Chile es un mercado que está dispuesto a pagar. Incluso paga casi lo mismo que la exportación. Es un país que consume mucho, entonces no veo que cambie la distribución del consumo de la producción chilena”.
– Argentina y Uruguay han crecido de manera importante su consumo ¿qué significa ese crecimiento en porcentaje y precios?
“En términos de precio, es subjetivo. Depende de la campaña. En consumo, yo diría que estamos creciendo en Argentina a tasas de 15% anual. Hoy llevamos el doble del año pasado, en una dinámica que trae la industria por todo lo que dije anteriormente. Consumen alrededor de 1,3 kilos per cápita al año. También Uruguay. En Chile se consumen 10 y ambos países pueden adoptar hábitos similares de consumo, por la influencia de Chile. Si crecen a 3 ó 4 kilos, es muy bueno. Entonces yo creo que son mercados que fácilmente pueden crecer a tasas de dos dígitos por los próximos cinco años, sin grandes problemas”.
– ¿Cómo describirías el crecimiento de producción en Colombia?
“En términos de hectáreas plantadas, Colombia no está creciendo. Pero sí lo hace en rendimiento por hectáreas, porque efectivamente están aprendiendo a hacer las cosas mejor. Es como parten todos. Como Chile y Perú partieron, en su minuto. La agricultura es de pruebas de ensayo – error. No es ciencia exacta. Productivamente, Colombia debiese crecer, del 2023 al 2024, entre un 15% y 20% como industria. Nosotros, como Baika, tenemos otro desafío que es mucho más grande. Estamos creciendo al 50%”.
– ¿Hay algún escenario en el que México empiece a crecer en envíos a otros destinos distintos a Estados Unidos, pese a este espacio de confort que tiene ahora con su vecino?
“México siempre es un origen que tiene ventanas para todos los destinos. De hecho, se hace mucho aéreo a distintos destinos, como medio oriente, a Dubai, a Europa, a Chile también se hace a Argentina, cuando hay ventana. Pero es un origen muy ligado a lo que se puede comer Estados Unidos. Yo creo que todavía tiene un par de años con espacio de tranquilidad, sin hacer grandes inversiones, sin certificaciones, sin un gran trabajo de post cosecha, para seguir tranquilamente abasteciendo a Estados Unidos. Sin embargo, si siguen creciendo a los niveles actuales, tanto Michoacán como Jalisco, van a llegar a un punto donde efectivamente tendrán que invertir un poquito más en certificaciones, post cosecha, presionar a las navieras por mejores rutas y transit time. Pero creo que todavía tiene un mercado cómodo en Estados Unidos”.
– ¿Cuál es la razón de que la industria mexicana siga creciendo en producción? ¿Es porque Estados Unidos le está demandando más fruta o porque está creciendo
de manera inorgánica?
“Es como los productores de cerezas en Chile, que dicen: ‘Démosle, démosle, démosle’, pero en algún minuto van a darse cuenta que no pueden comer toda su fruta. México tiene que mirar un poco más a largo plazo. Hoy está en una posición muy cómoda, lo que no tiene nada de malo”.
– Son sus circunstancias.
“Exacto. Tiene un mercado que es seguro, que es cercano y le paga muy bien por su fruta. Estados Unidos tiene producción propia en California, pero California cada vez está más caro, afectado por una sequía, incendios. California ha copado casi todos sus valles por el tema inmobiliario. Entonces, hay múltiples factores para que la producción interna de Estados Unidos se mantenga o disminuya. Eso le da la oportunidad a México de seguir abasteciendo Estados Unidos de forma cómoda. Pero yo creo que el plan de México tiene que fijarse una meta a mediano plazo, mirar otros orígenes y desarrollar mejor el viaje de su fruta”.