Desafío del aguacate colombiano: mejorar la exportación a Estados Unidos
Actualmente, gran parte de la producción de aguacate colombiano se va a Europa, pero es un destino al que cada vez llegan más orígenes que compiten por un mercado que aún está en desarrollo
Europa se ha convertido en un espacio el desarrollo de nuevas industrias agroexportadoras de aguacate. Desde Avobook, se ha mostrado cómo Israel, Brasil, Perú y Kenia han empezado a aumentar sus envíos, compartiendo un mercado que aún está en desarrollo.
No se trata de una casualidad. Las exigencias de calidad y certificación fitosanitaria son menos intensas que las que impone Estados Unidos, donde el consumo es masivo y permanente, pero con mayores trabas en dichos ámbitos.
Colombia es uno de los actores más jóvenes en esta industria, luego que ofrecieran sus primeros envíos de aguacate en el año 2011, razón por la que su maduración productiva y comercial está haciendo camino. En ese estatus, el mercado europeo se presenta aún como una excelente alternativa.
Sin embargo, es una zona que le exige a su fruta mayor resistencia a los viajes, que pueden llegar hasta los 16 días, cuando los potenciales compradores de Norteamérica están a menos de cuatro días en algunas rutas navieras. Esta condición hace evidente la necesidad de aumentar su participación en ese lugar del mundo.
Así lo explica Jorge Molina Duque, director comercial de Coltrópicos, productora, empacadora y exportadora colombiana que el año pasado superó el centenar de envíos, pese a estar solo 3 años en el negocio.
“Europa es nuestro principal destino, pero yo creería que va a ser un destino más lejano, porque cada año seguirá sumando más orígenes, que van a estar más cerca y más desarrollados que Colombia”, advierte.
Según detalla, entre un 70 y un 80% del aguacate que produce Colombia se va al viejo continente, pero la cercanía del mercado norteamericano y las condiciones comerciales hacen necesario tomar acciones para mejorar las exportaciones a ese país.
“La atmósfera controlada empieza a funcionar después del cuarto días de estar la fruta dentro del contenedor. El tránsito de Cartagena a Miami es de cinco días. Hay unos tránsitos nuevos que son de tres días. Existe otro a Filadelfia de seis días, pero también hay un tránsito a Miami de diez días. El viaje más rápido a Europa es de 12 días y el más largo puede llegar a los 16, por lo que, por todos lados, el negocio será mejor en Estados
Unidos”, explica.
Pero no sólo se trata de un tema de distancias y logística. Los tratos comerciales con Estados Unidos también tienen condiciones más beneficiosas para el exportador.
“Llegar a Estados Unidos mejora hasta el flujo de caja. En el caso de Europa, si yo mando la carga el día 11 del mes, con todos los documentos, me dan un 50% de anticipo. Eso te va a estar llegando el día 27. Muchos de ellos pre-venden eso mientras la fruta está navegando. Llega al almacén, lo venden y te están haciendo la liquidación de ventas 30 días después del arribo. Es decir, estamos hablando que en 60 días más o menos está volviendo el dinero. En Estados Unidos funciona un poco distinto: de lo que yo he conocido, si mando fruta el día 11, en la segunda semana de junio ya espero el retorno del 100% de todo lo pactado”, explica Molina.
Estados Unidos y sus exigencias de Zona Buffer
Para romper con el estado actual de la distribución de aguacate colombiano, hay que sortear algunos desafíos que han hecho más lento el proceso, principalmente en las certificaciones fitosanitarias.
“El primer desafío es México. Ellos saben cómo manejar ese mercado hace muchos años. Ellos cortan allá y en dos días está la fruta en la góndola. Eso ya es una competencia compleja. Además, para exportar a Estados Unidos, el productor colombiano debe tener un plan de trabajo específico para ese país y eso incluye responder a una Zona Buffer. Es decir, el campo tiene que garantizar que en un kilómetro a la redonda no hay plagas cuarentenarias”, advierte.
De ahí que la tarea sea aumentar el número de campos certificados, donde hay un desafío importante que deben asumir los productores y el Instituto Colombiano Agropecuario
(ICA).
“Entonces, no es sencillo para el productor poder llegar con su fruta a Estados Unidos. Es más: si yo como productor sé que me están pagando mejor o con precios más estables en Europa, ¿para qué voy a invertir en eso?, describe Molina.
Pero los números muestran que esa mirada está llamada a cambiar. Según explica Jorge Molina, el Colombia Avocado Board (gremio que representa los intereses de los exportadores de aguacate) hizo una proyección en la que, de aquí a 2029, la mitad de los envíos debieran ser destinados a Estados Unidos.
Una meta complicada, pero factible si los productores y exportadores logran acordar un trabajo que les permita responder a las exigencias de un mercado que siempre estará demandando aguacate y ofrece mejores oportunidades para el negocio.